"Gringas Sí, Yanquis No" de Mario Guevara

 

Gringas sí, yanquis no (Sieteculebras Editores, 2022) del escritor cusqueño Mario Guevara reúne una selección de cuentos de sus libros Cazador de gringas & otros cuentos (1995), Usted, nuestra amante italiana (2010); Cuentos cortos (2015), Cuentos de la selva alta (2016) y Matar al negro/ 33 cuentos breves (2017). Nos encontramos con sus ya clásicos cuentos como, entre otros, Patrick, La obsesión de Nico Bilbao y Cazador de gringas.

El título que reúne estos cuentos acusa las distintas zonas de conflicto entre sus personajes. La conocida frase de expulsión a los yanquis o gringos, se aplica en esta narrativa, en esta paródica ficción, no solo a esos encuentros y desencuentros del personaje oriundo de Cusco (el brichero) con el mundo Occidental, o del primer mundo, representado por el turista, principalmente por las mujeres o gringas; sino, también a los conflictos con sus propios sueños, anhelos, conquistas de riqueza o de gloria, marcados por la contradicción o la fatalidad.

Sus personajes son expulsados de aquella zona de utopía de la felicidad personal, sea por la traición, la venganza, la precariedad o el supuesto destino. No solo se resquebraja el espíritu del personaje (véase los cuentos como La mujer de negro, La vida no vale nada o Niña veneno), también se desmoronan las instituciones interpersonales como la lealtad, el amor o la amistad (Por siempre jamás o In extremis), y, a su vez, las instituciones colectivas: las fuerzas policiales, el poder judicial (como en el cuento El cachaquito Minaya o en Desde el fondo oscuro).

“Gringas sí, yanquis no”, entonces es ese grito desesperado por atraer la felicidad, la utopía de amor, la utopía de un país, y, también significa el deseo de la expulsión de la muerte, del poder del más vil o del más fuerte. Los fracasos que se presentan en estos cuentos son personales y nacionales, es una metáfora de nuestra sociedad atascada en las contradicciones, educada en la corrupción, etc. “Mi narrativa se adscribe al realismo urbano”, dice Mario Guevara, y es un realismo alucinante y  carnavalesco, y, al mismo tiempo, cautivante gracias  a su precisa y excelente prosa.