2 Poemas de “Mis Palabras Resbalan como Piedras de Mar” (Inédito) de Carolina O. Fernández
Pishca
Cuando me arrojé a las profundidades
del mar de Pachacamac
huyendo del hombre que arrojó
con engaños
su semilla en mi boca
navegué con mi wawa sobre una gigante ballena
que tragó mi alterado humor De mis senos
brotaron ríos
Cuando los rayos de Sol prorrumpieron el último suspiro
fui arrojada al Canal de la Mancha
a la pesadilla de la bestia de acero
Sentí que jamás volvería a ver el santuario de piedras
ni el bosque amado de mi juventud
Mi wawa y yo vimos barcos fantasmas
gente agonizante en tormentas progresivas
cuerpos crucificados que no fueron entregados a sus madres
miles de golondrinas navegaron con el pecho hecho añicos
M a d r e
¿Mis hermanos vendrán a cenar esta noche?
Retomo los hilos de mi enmarañada cabellera
mi wawa corazón avellana
me hace arrojar la rabia contenida
Todo se pone lúcumo
la nave zarandea en la inmensidad de la noche
yo sin mis quillas rojas
Quilcas anudan mis cabellos largos
la lluvia de relámpagos
escriben los versos
que yo no pude decir esa noche
Zarpamos
Cuniranya continúa corriendo en vano
tras la deseada
doncella
Pájaros azules sobrevuelan el Mediterráneo
Sobre ellos Cahuillaca y su wawa
El himno de Andahuaylillas
y la capilla sixtina cobijan
antiguos espantos de Lepanto
Iskay
Nací en el sur Soy hija de la hierba
y del azar
el rugido de las olas
el viento y la vid
el rugido de la matria que mi cuerpo
atesora
Nací en el solsticio de invierno cuando nacen las ballenas
acompañada de estrellas de mar
conchas de abanico
y audaces caballitos de colores
Soy la palabra queda la palabra
nutria
la palabra amapola
Soy el respiro que se apaga y empeña en fluir
Soy lluvia destello
tránsito
aire de algas danzarino
a quien nadie le cortará el pensamiento
Mis ojos aldeas marinas
aprendieron a mirar los veleros lejanos
como los ocelos águila de mi madre
Mi padre a quien vi una sola vez en la pradera
podía vestir harapos
y bellas prendas que bombeaban mi latir
hacía fogatas de barro canales de caña en flor
e ingeniosos armisticios
Madre cantaba como la ruiseñora y los dardos de un cañón
Tenía la mirada rubor manzana
Soñaba yo
ser astronauta
Viajar por las estrellas y balancearme en la media Luna
Heme aquí convertida en guarda bosque
siempre lista a viajar por las estrellas