"Wandel" y "Cantos a la Luna" de César Angeles Loayza
El poeta
César Angeles Loayza, hace unos años, ya había estado anunciando estos sus dos libros
de poesía que acaban de aparecer, en estos finales del 2021. Son dos ediciones independientes
una de la otra, pero en ambas vemos el trabajo muy cuidadoso de la edición, en
los que vienen viñetas, collages, fotografías.
Hay que
destacar que el tratamiento plástico, lúdico e impactante de lo visual no solo
se encuentra en su poesía, sino también en el concepto de sus libros. Desde El
sol a rayas, siguiendo con A rojo, Sagrado corazón y Los
amantes del acantilado; vemos una poesía que armoniza especialmente con la
ciudad de Lima, es como que si recogiera el sonido limeño de las voces y de sus
ruidos, para hallar el sentido solidario que existe aún en el caos y la anarquía
que reina en esta ciudad.
En este libro, Cantos a la luna (posición.EDITORES), su mirada se eleva: “me levanto/ de tierra entre la tierra/ piedras gusanos raíces y/ hierbas/ arrastra mi anticcuo cuerpo/ en pos de la luz”. En estos cantos nos vemos reflejados para volvernos a encontrar como un solo humano, hermanados, o como el poeta dice (parafraseando al vate de Santiago de Chuco), en “un abrazo emocionado, hermanitas, hermanitos, siempre a la izquierda del corazón.
Aquí va un poema del libro:
Martín Adán entre los Locos
y se ha vuelto a romper
recorrido incierto,
doblado paso de niño
o tus labios manzana
sino que de tanto cantar
se (me) iba el hilo
los muros de esta ciudad mojada
los trenes que no cesan
la luz, el foro, el pedal
hubo
Únicamente mi perfil de gato
la campana Catalina
y yo que solo había soñado
tomarte de la mano
y nada cambia sin poema
escritura rota, abandonada,
como yo
o esta patria, este pueblo
y sin embargo ahí
adherido
que se puso serio
ke kantó a las piedras
a una torre, a una pierna elevada
al centro de mi lengua
y en el universo entero de ronquidos
es la lluvia de cometas que te busca
el inmenso árbol del amor y la saliva
los animalitos los insectos
y siempre los peces
quebrada entre mi pecho
bajo esta sombra sideral que me persigue
no somos nada,
en tu metal me he mirado,
en tus arlequines secretos
Blanco diluido en pelos de la noche
Retina rota
Página perdida
hombre solo que mira sin palabras
sus palabras
y sobre el agua que no cesa
mil rostros como el mío se van huyendo
mil ideas
mil deseos
y la risa de todos los niños y las niñas
en mi risa reunida
en ese lento transpirar que de siempre me conoces
Algunas notas de Wandel (posición.EDITORES) me remite a La casa de cartón de Adán, a Oquendo de Amat, a Luis Hernández Camarero, a Juan Bullita y a Ricardo Quesada; pero, para mí, creo que es el mejor libro de César; aunque como que se dan por ahí con su primer libro. Consta de dos partes, en la primera destaca el largo poema de amor cuyo título es también el del poemario: “ella venía hacia mí/ y el viento aflojaba su vestido/ algo diluyó los colores de su rostro/ y el antiguo tatuaje /de una flor/ sobre el borde interno de su muslo”. La segunda parte recoge poemas en prosa; son visiones que se encabalgan desde la memoria sentimental de Lima remontándose a otros ámbitos como Barcelona o París. Aquí el texto que cierra el libro:
Cochebomba
Ya para qué escribirte si en realidad piensas que esto es un poema No ves acaso es perforación en tu cabeza en tu alma en tu conducta o una canción que no te canto sino todos que nunca escuchas Ya para qué seguir si nada cambia para ti si tu cabeza está que arde con su seso afuera por la detonación de un obús en la cuadra de tu casa y nada sientes sino un ardor / la neblina tenue en la visión y piensas aún en pájaros poemas cantos al sol a la luna