3 Poemas Inéditos de Vanessa Martínez
1
Contemplo el
tiempo de la siembra
en caminos que
madre dibujó en un junco a las orillas del río;
desde un bote
estático que era nuestra confianza a flote.
Promesa de ser
siempre hogar
cuando mis piernas
y brazos se volvieron fuertes.
Entre tanto ir y
venir
me volví la
barquera de un sueño capitalista,
promesa navía de
algún pasajero
que no reconoció
la casa,
que tejió madre en
mis ojos.
2
Reconocemos a
quienes huyen,
porque reconocemos
hogar.
Reconocemos a
quienes adoran,
porque reconocemos
carencia.
Vamos con el mismo
paso
siguiendo la
melodía
hueca de los
vientres.
¿Quién canta
migratoriamente alegre y en el olvido?
No todas las aves
vuelan,
no todas saludarán
a las ballenas.
Reconocemos en
nuestras patas
cuanto se nos dio
de tierra y no de aire.
Reconocemos el
machete
que mutila nuestras
alas
según el nivel de
lodo que llena nuestras barrigas
en un intento de estrellarnos.
Comida con mugre
y comida
enmugrecida que jamás pasará de la cocina
y aún así
se canta como se conjura
en la caldera.
3
¿En qué habitación,
existo aun?
Las ciudades a las
que retorno dormida
son posibles
eternamente;
deberían arder
hasta
ser purificadas del
pensamiento.
Ni subiendo tan
alto al cielo
podré evitar el
planeamiento hacía ellas.
Ha vuelto a jugar en
el pecho
mi
gata muerta.
Me dice con la
mirada
que la olvidé,
que está
desnutrida,
y yo me quiebro
en mi trampa de
serpientes,
que es mi cabeza,
corazón y vientre.
No sostengo nada,
y lo sostengo todo.
¡Qué enfermedad
mal heredada de ciudad!
La mitología solo
me ha hecho
anhelar llegar a
la gran casa de la transformación,
que es el cosmos.
Ahí las gorgonas
beberemos el té
con nuestras
sonrisas cementadas de eternidad.
La poesía
de Vanessa Martínez siempre ha estado ligada a lo testimonial (vean lo
visceral o lo corpóreo, desde el primer título), pero en un proceso en donde
la experiencia liminal penetra al lenguaje de tal manera que se produce una
escisión entre el discurso y el sentido. Es lo que sucede con la poesía
coloquial en estos tiempos, evidenciando la fragmentación del mundo moderno a
partir de la decadencia de los viejos paradigmas que aún persisten en imponer
su poder.